jueves, 17 de febrero de 2011

Tour de 3 días (Kings Canyon, Olgas, Uluru)


El primer día nos recogían sobre las 6 menos diez en el hostal. Luego fuimos haciendo ruta por todos los hostales recogiendo a toda la gente que estaba que venía en nuestro mismo tour. Salimos unos 5 de mi hostal y luego recogimos como a 15 más, entre ellos 2 personas con las que hice amistad enseguida. Curiosamente eran de Tel Aviv y no pude resistirme a contarles que los peores pasajeros del aeropuerto para la mayoría de trabajadores del Prat son los del vuelo a Tel Aviv. Luego se montaron un grupo de 3 holandesas que parecía que aun no habían dormido por la marcha que llevaban en el cuerpo al entrar a las 6 de la mañana en el minibus.


Nos pusimos rumbo a Kings Canyon ya que las siguientes 4 horas de bus prometían ser muy duras aunque a la postre resultaron ser muy entretenidas ya que nos pusimos a charlar todos enseguida y a poner nuestro nombre en la ventana que correspondía a nuestro asiento con rotulador y debajo del nombre el apodo. Yo me puse Rafa Nadal (se estaba celebrando el open de Australia y la coa pintaba bien...)y desde entonces el guía se dirigió hacia mi nombrándome Rafa.
Llegamos a pies de kings Canyon haciendo una parada en una gasolinera que hacía a la vez de granja donde vimos por primera vez Emus que vienen a ser como avestruces gigantes y comenzó la invasión de las moscas cojoneras.
Tras la advertencia del monitor sobre la dureza del camino, unos 6o7km a 45/47grados en la base del cañón donde la roca acumula todo el calor, cogimos nuestros 3 litros de agua y comenzamos la caminata subiendo un muro de escaleras de piedra con una pendiente tremenda de unos 100 metros. Algunas personas se marearon un poco y paramos hacia la mitad a la sombre de un árbol durante unos minutos para así coger aire y beber agua. Al llegar arriba del cañón vimos la espectacular y hicimos fotos desde allí a la vez que el guía no explicaba algo sobre la flora y la fauna y la formación de las rocas.
después de subir unas escaleras de madera criminales llegamos al jardín del Edén donde disfrutamos de una sombra perfecta y un lago en medio donde nos metimos un chapuzón de media horita antes de continuar el camino.

Al bajar ya nos dirigimos a comer a un merendero ya pasamos la tarde de camino hacia Kata Tjuta (los Olgas) parando en el camino a recoger leña para hacer la hoguera de la noche. Paramos en una explanada cuando ya era bastante oscuro y en un plis la hoguera estaba hecha y nos pusimos a beber unas cervezas (las conseguimos por solo 2,40dolares!!) y a cenar. Después cogimos los sacos y a dormir al raso mirando las estrellas.
Ya el segundo día amanecimos con la primera luz del día y flipando con las bandadas de pájaros de todos los colores que ayí nos íban cubriendo el cielo. Desayunamos unas tostadas que nos había preparado nuestro guía, y ya amigo, Dylan y nos pusimos rumbo a Katja Tjuta (Los Olgas).
Ayí nos pegamos otra pateada, ya menos fuerte que la del día anterior, y paramos varias veces para beber agua y picar algunas chucherías que tenía un amigo inglés que compartió generosamente con los demás. Al ser el día de Australia la fiebre por hacerse fotos con la bandera no cesó en todo el día pero fue muy divertido ya que Dylan nos prestó su querida bandera numerosas veces para echarnos fotos individuales, en grupo, etc, etc. Comimos unos royos que aquí los reyenan con chili con pepper o algo así le llaman, pero vienen a ser judías picantes de estas de los burritos con lechuga, tomate y toda clase de guarradas pero que lo devoramos como depredadores. Después de disfrutar de los Olgas nos dirigimos al camino que rodea Uluru y ahí ver las pintadas aborígenes.  Dylan nos explicó el significado de cada pintura y vimos los escondites en la pared donde escalaban para protegerse del ataque de los dingos y otros depredadores en las cuevas donde vivían los aborígenes. 
Pronto nos dirigimos al mirador donde vimos el sunset en la roca deleitándonos con las diferentes tonalidades que esta iba tomando mientras que el sol iba desapareciendo. Cenamos ayi y posteriormente fuimos a una especie de camping con duchas(después de 2 dias sin ducharnos...) y zona de barbacoa y poquito más. Después de la paliza el 50 % de nuestro grupo se fue a dormir quedando el grupo de holandesas, Daniel(el de Tel Aviv), mi amigo aleman Fabian, una canadiense muy simpática que había vivido en Burriana (cerca de Castellón, alucinante), un chico de 18 años Suizo con el que bromeaba sobre jugadores históricos del fútbol suizo y yo mismo, como siempre, el último en acostarme.
Hicimos mil juegos contra el grupo del otro bus y finalmente empatamos. Bebimos cada uno como 4/7 cervezas ya que habían sobrado de la gente que dormía y nos dieron las tantas hablando. Luego apenas pude dormir ya que sentía un raro cosquiyeo en la espalda como si una hormiga subiera y bajara continuamente y a las 4 nos levantaron para ir a ver la puesta de sol en el mirador de la roca(Uluru) donde hicimos 3000 fotos y desayunamos peleando con las moscas continuamente. Volvimos a Urulu para rodear la roca, otro largo paseito y la gente que quisiera escalarla también podía hacerlo aunque nos recomendaban encarecidamente que no lo hiciéramos ya que era un lugar sagrado para los aborígenes de la zona y se podían sentir mal por lo que solo 3 personas subieron a la cima del monte Uluru. Rodeando la roca me sorprendí de que mis amigos israelíes conocieran mucho a Julio Iglesias y hasta me cantaban algún pequeño estribiyo de sus canciones, sin palabras...
Después de la caminata nos pusimos dirección a Alice Springs otra vez. Paramos para comer en una gasolinera otra vez royitos pero también nos comimos la pasta del otro grupo ya que al parecer no eran tan fieras como nosotros comiendo. Luego hicimos el último stop en la Camel Farm donde podías subirte a un camello (yo no lo hice) y vimos dingos (una especie de perro lobo), emúes y camellos recién nacidos.


Llegamos a media tarde al hostal y quedamos una hora más tarde en el pub/restaurante que había al lado de la oficina del tour. Allí pudimos compartir experiencias, risas y nos contamos nuestros próximos destinos en Australia. Dylan nos hizo un par de trucos con un bolígrafo y nos empeñamos en imitarle toda la noche sin lograrlo. Fue marchando toda la gente y quedamos solo 4. Nos dirigimos a una especie de club que había alado y allí pasamos un buen rato sorprendidos viendo aborígenes bailando de forma muy curiosa las canciones que suelen sonar en las discotecas de Australia y allí reímos hasta bien entrada la madrugada. Nos repartimos nuestras direcciones en el facebook y volvimos, ya solo 3, hacia el hostal con un acojone considerable al ver pasear y gritar como zombies a numerosos aborígenes que llevaban una buena borrachera por la calle y parecían que en cualquier momento nos podían atacar. Llegamos sanos  salvos al hostal y enseguida ya estábamos durmiendo.

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